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Pirineos a escala natural

2h00

¡Vista de los 3.000!

En verano, los Pirineos son uno de los destinos preferidos de senderistas que buscan paisajes preservados, panoramas infinitos, lagos de montaña secretos, poco conocidos o bien fáciles de alcanzar con niños. El placer es, a veces, alcanzar un refugio de montaña vigilado, comer en él y pasar allí la noche para vivir la experiencia de la alta montaña. Forzosamente habrá una fórmula adaptada a vuestros deseos, vuestro nivel físico, a las expectativas de la familia. Paseo familiar por senderos señalizados, con total seguridad, circuito pedestre de medio día o de una jornada completa, recorrido de varios días…
 

La paleta de las actividades todavía se amplía más: descenso en BTT, cicloturismo, parapente, pesca, espeleología, escalada, deportes ecuestres, equitación, rafting y deportes de aguas vivas...
Los Pirineos centrales os dan opción de elegir.
En invierno, tanto si sois esquiadores expertos, ocasionales o debutantes, los dominios nevados de Luchon-Superbagnères, Peyragudes, Mourtis y de Bourg d’Oueil os extienden sus tablas.

En verano, en cambio, la montaña vuelve a ser el reino de los veraneantes, de los rebaños de vacas y ovejas bajo la guarda de los pastores. Los orígenes del pastoreo se remontan aquí a la noche de los tiempos.
Las montañas de los Pirineos constituyen un refugio para numerosas especies de animales: el emblemático rebeco, funambulista de la roca, la simpática marmota, fácil de observar desde el sendero, las grandes rapaces, que revolotean por el cielo, como el buitre leonado, el águila real, el quebrantahuesos… No divisaréis el oso pardo, ni el gran urogallo, raros, furtivos, escondidos en lo más profundo de los bosques. Pero su sola presencia atestigua la buena salud de los entornos naturales pirenaicos, la gran montaña salvaje del sur de Europa.